jueves, 25 de noviembre de 2010

TRABAJO FINAL..... PONENCIA / FORO XIX / PAEM


ESTUDIANTE, DESEMPLEADO O “NARCO”:
¿OPCIONES PARA LOS JÓVENES MEXICANOS?


Bautista Moreno Samantha P.
Comparán López Patricia.
Esquivel Garduño A. Karen.
Hernández Fierro Adriana.
Sánchez Garduño Araceli



I. PRESENTACIÓN


¿Cuántos años tienes? ¿A qué te dedicas? ¿Estudias o trabajas? Éstas son preguntas que regularmente se responden cuando se comienza una conversación. Hoy representan más que una fuente de información, son preguntas que configuran y delinean parte de la realidad de los jóvenes del siglo XXI.
Hace cien años las prioridades de algunas sociedades eran jugar con una lata, trabajar las tierras y envejecer contemplando la fresca juventud de los hijos y nietos. Hoy en día las prioridades han cambiado, lo primordial es mudarse al lugar que presente menor índice de violencia y de delitos, evitar padecer enfermedades crónicas, lograr cubrir económicamente las necesidades básicas o poder acceder a una vida digna, etc. El panorama que se dibuja en la sociedad parece no ser el más alentador y ello impacta en la población a la que siempre se le han puesto las más altas expectativas, los jóvenes. Pero ¿qué estamos haciendo como país para fortalecer y desarrollar el potencial de los jóvenes en beneficio de la sociedad misma? Y actualmente ¿Qué hacen los jóvenes?
El presente trabajo tiene como propósito analizar las opciones de proyecto de vida de los jóvenes mexicanos, centrándonos en la inserción de éstos en el crimen organizado, particularmente hablando, en el narcotráfico.





II. LA ERA DE LA GLOBALIZACIÓN Y SUS
REPERCUSIONES EN LA COTIDIANEIDAD


El planeta aunque parezca dividirse en un mundo oriental y occidental, cada vez está más relacionado en sus prácticas políticas y económicas. Los últimos dos decenios del siglo XX sintetizaron una época de profundos cambios de la economía y la sociedad a escala mundial, dando pauta al desarrollo de una nueva generación. Dos guerras mundiales, la creación de la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, la guerra fría, la caída del muro de Berlín, los atentados terroristas y la guerra en Iraq son tan sólo algunos de los acontecimientos que forman parte de una nueva historia que ha está generando nuevas características y necesidades en los sujetos.
El proceso de globalización del intercambio comercial, las nuevas modalidades de gestión y producción industrial, y el desarrollo de la tecnología han generado un escenario de transformaciones que incidió fuertemente en la organización de las sociedades y la construcción de la vida cotidiana. (Vitarelli, 2009) Evidentemente esto repercutió en el ámbito educativo, sin embargo, el panorama de la sociedad actual hace notar que la educación de hoy, por lo menos la escolarizada, está siendo rebasada por los cambios acelerados, la tecnología, las demandas del mercado, entre otras. La evolución de la sociedad está demandando que la escuela del nuevo milenio se enfoque en la integralidad de los sujetos en formación, particularmente en la de los jóvenes. A ello se suma la exigencia de mayor cobertura en un nivel que es decisivo, el medio superior. Y es que existen estudios hechos por la OCDE donde se mide, cuanti y culitativamente, el impacto que tiene que un joven acceda o no al nivel medio superior, es decir, los proyectos de vida son distintos entre un joven que accede a dicho nivel y el que sólo termina los últimos tres años del nivel básico, secundaria. El futuro se dibuja de diferente manera gracias a las expectativas, a las oportunidades y a las necesidades de los sujetos.


III. CONFIGURACIÓN E INCERTIDUMBRE DEL
FUTURO DESDE EL PRESENTE DE LOS JÓVENES



El México actual es un país que está padeciendo los síntomas de un modelo económico que está por extinguirse. El desempleo, la devaluación del peso, la caída del precio del petróleo, el incremento de los precios en los productos básicos y el estancamiento de los salarios ha llevado a nuestro país a un estado de coma del cual la única opción para salir, o por lo menos la más viable, es la de la ilegalidad o la paralegalidad. Nuestro país está viviendo una crisis no solo económica a causa de los desajustes mundiales, sufre también una crisis de pertenencia y afiliación entre la población. El sector donde se ha podido enraizar con mayor facilidad es en el de los jóvenes, debido esto a que crecieron viviendo en la desvalorización de prácticas cotidianas en pro del beneficio social y en el fortalecimiento de conductas individualistas. Por ello, no es de extrañarse la apatía con la que se mira la realidad y lo que en ella acontece. Sus dimensiones están en el discurso, el pensar y el actuar de los jóvenes mexicanos del siglo XXI.
Al ser parte de un bombardeo de expectativas tanto personales como sociales, la juventud de nuestro país busca alternativas para sentirse pertenecientes y aceptados en un grupo social o tribu urbana, como son conocidos ahora. Pero, actualmente, esa búsqueda se guía ya no por los gustos musicales o por ideologías, sino, por la promesa de poder y de dinero fácil que les garantice no una larga vida cómoda sino unos cuantos años de satisfacción. Justo de esta necesidad se ha valido el crimen organizado, para utilizar a los jóvenes como medios para la expansión de sus productos y para la acumulación de los futuros cabecillas.
La cuestión de que los jóvenes estén incorporándose al mercado de trabajo no formal o el ilegal no nació ayer, ésta es una problemática gestada en el inconsciente colectivo de los ciudadanos mexicanos con orígenes en los años ochenta y que ha venido desembocando en la creciente individualización, violencia y desafiliación.
La falta de oportunidades educativas y laborales a las que se enfrenta la población juvenil con mayor intensidad en los últimos años ha llevado a que miles de éstos engrosen la mano de obra del narcomenudeo. Esta nueva empresa genera más empleos que cualquier otra, contrata sin exigir experiencia ni algún determinado nivel educativo y ofrece sueldos muy altos, de ahí su éxito entre los jóvenes. Ganar dinero y una posición de poder ante el resto de la población son ahora las principales metas.
En este marco ¿qué percepciones tienen los jóvenes sobre la escuela y su lugar en la construcción del proyecto de futuro, en relación con la continuación de los estudios y con su inserción laboral? Si esta pregunta la hiciéramos hoy a cualquier joven mexicano es casi seguro que su primera respuesta sería que la escuela no es el futuro, que en la escuela sólo se aprenden cosas que no te sirven para la vida. ¿Estudiar? ¿Eso para qué? Recuperamos del diario La Jornada el testimonio de un estudiante de licenciatura que opina: “el estudio es simplemente para tener un documentos que te avale, porque tengo la idea de que no voy a ejercer lo que aprendí en la licenciatura”. Aunque esta experiencia no puede generalizar la situación de los jóvenes mexicanos si es una muestra de lo que está pasando con la educación en nuestro país.



IV. LOS TEJIDOS DEL NARCOTRÁFICO
Y SU RELACIÓN CON LA JUVENTUD


Hoy por hoy la prioridad del Ejecutivo es la guerra contra el crimen organizado, el mayor porcentaje del presupuesto anual se ha estado destinando a esta lucha, lucha que, por cierto, no sabemos quién va ganando. Como dato, para darse una idea, Han muerto 132 adolescentes en "guerra contra el narco" aseguró Martín Pérez, presidente de la asociación civil Red por los Derechos de la Infancia en México, que de enero a junio del presente año se han registrado 132 homicidios de adolescentes entre 15 y 17 años de edad que supuestamente trabajaban para las redes criminales y de narcotraficantes en el país, de los cuales el 87 por ciento de los casos son de hombres y el resto de mujeres. (Gutiérrez, 2010) La guerra emprendida en contra del crimen organizado ha traído para los jóvenes del país graves consecuencias, como ser las principales víctimas de las ejecuciones. En el combate al narcotráfico, por lo menos 30 mil personas han muerto en cuatro años, y en este momento tal vez la cifra esté creciendo. Durante el 2010, tan sólo en los primeros 34 días habían muerto mil personas.
La Procuraduría General de la Republica, la Secretaria de Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaria de Seguridad Publica muestran en su página oficial que por lo menos el 65% de los sectores económicos de México están contaminados con dinero que proviene de la mafia.
El narcotráfico es el quinto empleador más grande del país. Estimados recientes muestran que en México hay 468 mil personas que se dedican al narco (Rios y Sabet 2008, citados en Rios, 2010); esto es cinco veces más personas que el total de la industria maderera mexicana y tres veces más que el personal de Pemex, la compañía petrolera con mayor número de empleados del mundo.
Un estudio reciente de la Universidad de Harvard delinea el perfil del narcotraficante mexicano. Entre sus características más sobresalientes están el ser hombres jóvenes con un nivel educativo no mayor al básico y provenientes de esferas económicas no muy privilegiadas, con una edad promedio de 18 años (Farilie 2002, citado en Rios, 2010). El vendedor de droga prototipo tiene aspiraciones económicas altas que la legalidad no puede satisfacer. Además, los criminólogos han demostrado que los narcotraficantes poseen características psicológicas particulares que los hacen buenos para los negocios; por ejemplo, les gusta el riesgo y el poder, son calculadores en su toma de decisiones y les gusta emprender (Fields 1986, citado en Rios, 2010).

Ahora bien, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que en México de los “106.7 millones de habitantes, 29 millones 100 mil son jóvenes, es decir poco más de la cuarta parte de la población tienen entre 15 y 29 años de edad, representan el 27.3 por ciento de la población.” Es un alto porcentaje que se ha dejado a la deriva, tanto en ámbitos de oportunidades y espacio educativo, profesional y laboral. Por tales motivos los investigadores y las instituciones educativas están preocupadas por las consecuencias que se están empezando a manifestar entre los jóvenes y la magnitud que puede afectar al desarrollo del país, “datos de la Universidad Nacional Autónoma de México señalan que en México son alrededor de 7.5 millones de jóvenes en edad productiva que pertenecen a un sector que, por la situación de exclusión, no pueden estudiar ni trabajar. El rector de la UNAM, José Narro Robles, pidió a Felipe Calderón y a su gobierno corregir y mejorar la realidad en que viven dichos millones de jóvenes en el país, pues hace poco, el gobierno Calderonista dijo que dichas cifras no eran reales, y que además no reflejaban la realidad de la juventud mexicana. Sin embargo, el rector de nuestra máxima casa de estudios mencionó que más allá de la cifra el gobierno debe de aceptar esa realidad y actuar sobre la misma.
Este año en Ginebra, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aseguró que el desempleo entre los jóvenes alcanzó el año pasado un nivel récord de 81 millones de personas de entre 15 y 24 años y advirtió que esto podría crear una "generación perdida". El índice de desempleo entre las personas de 15 a 24 años pasó de 11,9% en 2007 a 13% el año pasado. Y se espera que para finales del 2010 se llegará al 13,1% (Organización Editorial Mexicana, 2010)
En el cuarto informe de gobierno del presidente Felipe Calderón, y como respuesta a la demanda del rector Narro y a una rendición de cuentas respecto al Programa Sectorial planteado por él en el 2007, se mencionó la construcción de instituciones, así como la ampliación de la matrícula, los cuales señalan avances claros en materia de educación de calidad. Pero es evidente que los grupos de poder viven en una relaidad paralela, alterna a la que el resto de los mexicanos observamos a diario, es decir, si los datos que indica el presidente son verdaderos logros, metas alcanzadas por su gobierno, entonces ¿por qué diferentes organizaciones de renombre nacional e internacional están hablando de las carencias en materia educativa?


V. A MANERA DE CONCLUSIÓN


Encontramos que la incorporación de jóvenes a las filas del narcotráfico se debe por lo menos a tres factores. El primero se relaciona con la posibilidad de los mexicanos para acceder a la educación, primordialmente en los niveles medio y superior, lo cual nos hablaría de la poca atención que se ha dado a la cobertura educativa en dichos espacios. Si bien esto es cierto, también lo es el hecho de que cubrir un mayor número de la población estudiantil no garantiza una formación sólida ni que, al egresar, se inserten el mercado de trabajo.
Además, la escuela ya no es concebida igual, antes se decía que se iba a la escuela para ser alguien en la vida, hoy la escuela difícilmente se asemeja a la realidad. Esta desvinculación escuela-realidad también está creando conductas de desvalorización de la educación. Al parecer el camino ya no es el de la formación sino la búsqueda de dinero y poder.
El segundo factor que encontramos es el de desempleo. Aunque, el hoy presidente, Felipe Calderón se llegó a autonombrar “el presidente del empleo” resultó que dicha afirmación parece más una especie de predicción a la inversa. Si por algo se ha caracterizado el México de los últimos cuatro años es por la falta de empleos y la crisis económica. En este marco, los jóvenes mexicanos están buscando distintas formas para obtener ingresos, sin embargo, sería reduccionista atribuirle a la necesidad ser la causante de que cada vez sean más los jóvenes que se incorporan a la ilegalidad, ya que el crimen organizado resulta una oportunidad atractiva de crecimiento económico.
Finalmente, el tercer factor que consideramos sustancial es el de la desafiliación y fragmentación de la población en dos sociedades; una que tiene el poder adquisitivo como para llegar a puestos bien remunerados y otra que vive al día y, por ende, tiene menor oportunidad de crecimiento y desarrollo.
Estamos hablando de una situación donde nosotros como jóvenes observamos y vivimos día a día un país desdibujado por la falta de empleo y desvalorización de la educación, donde el crimen organizado cumple funciones sociales y simbólicas que el Estado no ofrece, como dar empleo, arreglar una escuela o hacerse cargo de la educación de jóvenes que coopta para que sirvan a sus intereses. A nuestras generaciones se les está introyectando una cultura de ilegalidad y corrupción como una buena alternativa de desarrollo. Por ello, resulta necesario no dejar en segundo plano las demandas de los constructores del porvenir y estudiar multi e interdisciplinariamente esta problemática con repercusiones en el presente y futuro de nuestro país, lo cual implica una mayor conciencia social, crítica y propositiva.
Hasta ahora solo hemos afirmado que la inserción de los jóvenes al narcotráfico se debe al contexto económico-social de México, a la falta de cobertura en determinados niveles educativos o al desempleo que se ha generalizado en los últimos cuatro años. Sin embargo, encontramos que este fenómeno no es propio de nuestro país. Podemos observar que el problema del crimen organizado se presenta en otros países sin importar si son primermundistas o en vías de desarrollo. Alemania, España, Brasil y Colombia, al igual que nuestro país, coinciden en un objetivo preocupante, evitar la incorporación de los jóvenes a las filas del narcotráfico.
Pero al final del día todos escuchamos estas cifras y datos que invaden nuestra realidad y, más allá de los intereses propios, deberíamos cuestionarnos cómo está impactando el crimen organizado en las esferas de nuestras vidas. ¿Es la situación económica, la situación de desempleo o la falta de apego al Estado de derecho la que determina la inserción de jóvenes al crimen organizado? De ser así, ¿estaremos contemplando la llegada de la “Generación Perdida”?













VI. FUENTES DE INFORMACIÓN


Alejandro, C. (5 de Enero de 2010). La Jornada. Recuperado en Agosto de 2010, de Comentarios: http://www.jornada.unam.mx/2010/01/05/index.php?section=opinion&article=012a1pol


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Áviles, K. (12 de Enero de 2010). Suicidio y narco, "opciones"de jóvenes por el fracaso educativo. La Jornada , pág. 33.

Campos, J. ¿Cómo lograr la Educación para todos? En F. Solana, Educación Visiones y Revisiones. Siglo XXI. págs. 120-127.

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Página oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), páginas actualizadas en 2010 y revisadas en septiembre de 2010. [En línea] Recuperado de http://www.inegi.org

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Rios, V. (2010) ¿Quién se vuelve narco y por qué? El Perfil del narcotraficante Mexicano. México, octubre 2010. . [En línea] Recuperado de http://www.gov.harvard.edu/files/uploads/Rios_EstePais_DealersS.pdf

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Sanpedro, José Luis. Un mundo para todos. México, 2006

Vitarelli, M. F. (2009). Juventud y Educación. Aportes de la investigación y perspectivas de acción. Córdoba: Universidad Católica de Córdoba.

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